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María de los Ángeles Raquel Murad Toquero |
Describir
el perfil de un maestro es complejo, pues en la tarea de enseñar existen
ambientes múltiples en los cuales el docente debe navegar con las velas de la
libertad, profesionalismo, responsabilidad y congruencia.
La
modalidad educativa a la que pertenecemos ha tenido la fortuna de contar con
seres humanos que fueron, son y serán grandes ejemplos de vocación y entrega en
el aula. En ese sentido la Dirección de Educación Telesecundaria, está
convencida que al conocer a fondo historias de docentes sobresalientes podremos
inspirarnos y mejorar en nuestro trabajo diario con los jóvenes.
En
esta ocasión la Dirección de Educación Telesecundaria, estimó necesario iniciar
con un reconocimiento a la “maestra Raquelito” una maestra que no solo formó
alumnos con conocimientos, sino que los dotó de valores, ganas de servir y
capacidades de trabajar en equipo.
María
de los Ángeles Raquel Murad Toquero, fue una docente carismática, positiva,
creativa y con una capacidad única de transmitir conocimientos y valores, en
fin, una poseedora de la mística docente.
Esta
Dirección les invita a conocer una parte del servicio en el magisterio de esta
notable profesora, a través del relato de la que ha sido la más ferviente
seguidora de sus pasos, la maestra María de los Ángeles Chávez Murad, su hija,
y actualmente supervisora de Telesecundarias en la zona 020 del estado de
Puebla, sin más preámbulos deseamos que esta lectura te motive y se convierta inspiración.
“RAQUELITO” UNA
MAESTRA DE CORAZÓN.
Estimado maestro, quizás, eres muy
joven en nuestro querido servicio de telesecundarias y no tuviste la fortuna de
conocer a una Maestra de Corazón, la bien recordada y querida maestra
Raquelito; la verdad es que nadie sabía que su verdadero nombre: María de los
Ángeles Raquel Murad Toquero Viuda de Chávez, quien cumplió 45 años de Servicio
en su amado magisterio.
Impulsada y alentada por su mamá,
inicia como maestra de primaria en la Escuela Oficial Pacheco Henning; durante
once años se sumergió en todo el conocimiento que puede absorber un docente
para darlo junto con su corazón. Es en ese momento cuando decide hacer un
compás de espera, para aprender a ser esposa y madre de cuatro hijos, los
cuales saca adelante, amén de una viudez temprana y cobijada de su vocación
magisterial.
La escuela primaria “El Chamizal”, la
abraza durante nueve años, y ahí ve crecer tanto a alumnos como sus ganas de
poder compartir y ayudar más a los alumnos.
En 1981 aparece en su horizonte un
sistema de grandes posibilidades, el sistema de telesecundarias. Es el primero
de septiembre de ese año cuando el helicóptero del entonces presidente de la
república, Lic. José López Portillo, aterriza en Amozoc para colocar una placa de inauguración
de dicho sistema, siendo ella la asignada a esa plaza de telesecundaria y al
mismo tiempo, amorosamente involucrada en dicha comunidad durante cinco años.
Posteriormente, decide concursar por
una plaza de supervisora de
telesecundarias, y obtiene su plaza en Ciudad Serdán, Puebla. Transcurren siete
años dirigiendo y aconsejando docentes, padres de familia y alumnos,
anteponiendo sobre todo, las ganas de educar y hacer crecer todas esas
comunidades que tocó con buen humor y carismática personalidad.
Más adelante encuentra en su vida un
nuevo reto, la zona de Acatzingo, encuentra lugares maravillosos, sonrisas
inolvidables de alumnos y maestros, tan amorosamente guardados en su corazón,
que al concluir trece años de amables consejos e innumerables viajes, fue muy
difícil decir adiós, a pesar de su quebrantada salud.
Quizás, esto parezca una simple narración, de una hoja de
servicios y así quedaría si no resaltamos su don de gente en el trato
cotidiano, en primer lugar como maestra, en donde la regla número uno, era
tratar con paciencia, dedicación y
compromiso a los chicos, por las tardes preparar con empeño sus clases para
sacar adelante a sus alumnos de sexto año de primaria y posteriormente de
telesecundaria, además de aprender el idioma inglés para dar sus clases.
Tratar con respeto, cariño, lealtad y
compañerismo; hacer equipo con aquellos que ya la miraban con respeto y afecto,
apoyar a sus directores que hacían gestión escolar y atender con gusto aquellos
grupos que quedaban sin maestro. Su labor como supervisora fue de
responsabilidad, compromiso, dedicación, apoyo a sus maestros y amor a todas
sus telesecundarias que visitaba frecuentemente con entusiasmo, saliendo
desde las siete de la mañana, porque
según sus palabras “los problemas se atienden antes de que sean verdaderos
problemas”, disfrutando su camino lleno
de sol, vegetación y el ruido de los “animalitos”, como ella decía.
Sus visitas eran intensas aún a sus
setenta años de edad, entraba a las aulas preguntando a los niños en qué clase
iban de inglés, y sin más ni más, tomaba el gis y se daba la magia del saber,
en una comunidad alejada, por el simple hecho de querer enseñar. Platicaba
continuamente con los padres de familia invitándolos a atender con cariño a sus
hijos, ella siempre fue Maestra de Corazón, su vocación hizo que extrañara sus
gises, sus alumnos y su salón de clases desde que ascendió a supervisora, hasta
aquel 10 de agosto del 2013, día en que la querida maestra Raquelito partió de
este mundo y se inmortalizó en nuestra memoria.
La maestra María de los Ángeles Murad
Toquero, “Raquelito”, fue conocida y será recordada por su vida discreta,
responsable, estudiosa, una gran sonrisa, alegría, optimismo y valentía ante la
vida, sello inconfundible del maravilloso ser humano que quiso ser maestro.
Agosto de 2013
María de los Ángeles Chávez Murad.